Tras un loco fin de semana en mi tierra de adopción, cargado de títulos no nobiliarios, con la cartera vacía y con un moreno que se asemeja al de la gran Donatella Versace en su perpetuo veraneo, ya estamos de vuelta a la playa.
Con el bañador puesto alrededor de unas 20 horas al día, veo como mi vida va cambiando a pasos agigantados. Prada, H&M, Gucci, McQueen o Zara están aprendiendo a convivir en un armario lleno de colores y de "it" products mientras la búsqueda de trabajo se ralentiza cada vez más.
Y diréis... ¿para qué nos cuenta esto? El motivo es bien simple, estuve el sábado en Prada y salí enamorado de un maletín perfecto para ir a trabajar. En piel, color cámel y con una línea muy masculina y elegante. ¡Un clásico perfecto!
Pero claro, después pensé: "¿Para qué trabajo? Si yo escribo para varias webs desde casa" y ¿de dónde saco 990 €? Así que de manera muy inteligente, llamé a la dueña del piso en el que estuve viviendo hasta el pasado junio y le dije: "¿Te acuerdas de que me tienes que ingresar la fianza del piso?"... convesación privada... ¡Hoy me ha hecho el ingreso!
Pero bien, ahora no se si contar los días que faltan para que pueda tener esa joya en mis manos, o contar los que faltan para encontrar un trabajo que me permita lucir el maletín de mis sueños. Toda una polémica... Me voy a pensarlo al sol.
4 comentarios:
Yo te diría que te compraras tal
joya y te fueras a la playa con
ella y así lucirla, para qué ir a
trabajar si se puede ir a
veranear :)
Besos!
José
Siempre te puede sacar de trabajar una Donatella de la vida así que vete a la playa a lucir palmito no?
sau2
Esos trabajadores!!!! Decid que si, jajajaja.
¡Ánimo en la búsqueda! ¿Has pensado lucir esa joya en una entrevista? ;-)
Un besillo.
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